miércoles, 26 de enero de 2011

"Papá, ¿por qué somos del Atléti?"

Que el marketing y la publicidad son fundamentales (en cualquiera de sus formas) en un mercado capitalista es un paradigma muy común para todos. Sin embargo, dentro de ámbito del fútbol, creo conveniente destacar la publicidad llevada a cabo por el Club Atlético de Madrid como una de las mejores y mas efectivas, valorada tanto por público como crítica especializada. Las claves, según su padre y creador, Miguel García Vizcaíno, director creativo de la agencia externa Sra. Rushmore, define su clara estrategia. "Yo creo que no nos hemos inventado nada. Las líneas son muy claras. Con respecto al anuncio de Papá, ¿por qué somos del Atléti? simplemente plasmamos la realidad, que es que todo el mundo se siente identificado. Compañeros me lo comentaron, mi propio hijo me lo preguntó... en ese momento el Atléti acababa de iniciar su segundo año en Segunda División (2001-2002) y los ánimos estaban un poco crispados."
Vizcaíno hace gala de su humildad, pero la realidad fue que el Atlético en esa temporada mantuvo la práctica totalidad de abonados (40.000) que había alcanzado en 1999, record histórico paradójicamente alcanzado es su primer añito en el infierno. Cierto es que los precios descendieron sugerentemente, pero no es preciso restarle mérito a lo alcanzado. 8 palabras llegaron y emocionaron a millones de seguidores en todo el mundo.

Otras campañas muy exitosas fueron Esa extraña conexión, durante la temporada 2003-2004,  El corazón tiene razones que la razón no entiende (2005/2006) o Eternamente Grandes (2007/2008).


El objetivo era claro: tranquilizar a una afición que había sufrido en Segunda y que ahora no veía a su equipo realizar grandes cosas en primera. Todos los anuncios hacen apología de un sentimiento tan grande que es capaz de unir a gente dispar (soldado republicano y nacional, inmigrante que vive en dudosas condiciones y miente...) "La marca Atlético de Madrid sugiere autenticidad" continúa Vizcaíno, "sugiere pasión, sugiere el derecho a ser diferente. El ser presuntuoso no siempre funciona, hay gente que se identifica más con el coyote que con el correcaminos, que gana siempre y hace trampa."











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